La alquimia del silencio: cuando dejar de hacer es empezar a sanar.
- Cecilia Gigena

- 18 jul
- 2 Min. de lectura
Por mucho tiempo nos enseñaron o me creí... la idea de que para "avanzar" hay que tomar acción. Leer más. Hacer más. Buscar más. ¿Pero "avanzar" hacia qué? ¿a dónde hay que ir? Entonces me pasé años tomando acciónes, cursos, certificados, conocimientos. Mi mente feliz, y mi alma... no lo sé, pues ni siquiera la registraba.
Pero dentro mío habia algo, o alguien, que siempre susurraba, o lloraba, o gritaba deshauciada.
En mi propio viaje, descubrí que muchas veces no necesitaba más técnicas, más rituales, más guías. Primero necesitaba dejar de huir de mí y escucharme.
Y el silencio… aunque a veces duela, no miente. Te muestra lo que queda cuando las máscaras caen. Cuando los ruidos internos ya no pueden esconderse detrás de la ocupación constante.
¿Y si sanar fuera, antes que nada, dejar de correr y dejar de entretenerse con lo externo? ¿Y si comienza por reconocer que hay alguien dentro nuestro que requiere ser escuchado, sentido y valorado?
El silencio no es pasividad. Es presencia sin interferencia. Es el espacio donde lo que necesita aflorar, lo hace sin presión. Donde el cuerpo deja de defenderse. Donde el alma, por fin, puede exhalar e inhalar en paz. Donde puede SER.
Ese momento —el instante en que te quedas a solas contig@—no es un vacío. Es un portal un viaje de descubrimiento, más bien de recuerdo.
Allí comienza la verdadera alquimia del silencio. No de lo que haces, sino de lo que te permites sentir.
En El Viaje de Alkimya, honramos junt@s ese espacio. El de no saber. El de simplemente estar. El de rendirte no como derrota…sino como acto sagrado de ser VALIENTE para percibirte y recordarte.
Si estás cansad@ de correr, tal vez ha llegado tu momento de parar. Y en esa quietud, sin exigencia, comienza tu regreso a tu verdadero ser.





















